La respuesta es más fácil de lo que parece y como lo han expresado ya muchos expertos; Las industrias pagan a los científicos para generar “ciencia” que avale la seguridad de sus productos.
La radiación electromagnética no solo afecta a los humanos, sino a toda la naturaleza. y es de amplio conocimiento que la radiación electromagnética puede afectar la habilidad de aves y abejas para navegar. Incluso que el aumento de la radiación electromagnética está vinculado con el colapso masivo de colonias de abejas en todo el mundo. Un estudio realizado demostró que bastó solo colocar un teléfono móvil frente a un panal, lo que llevó a la rápida y completa desaparición de toda la colonia.
La ciencia de los bio-efectos causados por la radiación electromagnética no ha sido capaz de definir qué constituye un nivel seguro de exposición a este tipo de radiación. Lo que sí se sabe es que toda radiación electromagnética afecta a los seres vivientes. Numerosos estudios han demostrado que las ondas electromagnéticas pueden causar mutaciones en el ADN.
El problema es que ahora todas las investigaciones adquieren un tinte político. Así como ha sucedido con el tabaco, los pesticidas o el fracking, las industrias bloquean sistemáticamente a todos los científicos que opinan lo contrario a lo que ellos emiten, es decir; que los teléfonos móviles son totalmente seguros en cuanto a emisiones de radiación electromagnética se refiere. Como señalaron el Dr. Henry Lai y el Dr. Narendra Singh, quienes realizaron la investigación que demostró los daños causados al ADN por parte de la radiación electromagnética: “muchos de los estudios son hechos solamente para servir como herramientas de relaciones públicas para la industria de la telefonía móvil.”
A todo lo anterior debemos sumarle que; Nadie quiere regresar al pasado donde no existía tanta tecnología y la consecuente radiación electromagnética, pero obviamente la solución no está en eliminar los dispositivos móviles, sino en regular a la industria y obligarla a generar tecnología que reduzca sus emisiones de radiación electromagnética. Es fundamental tener conciencia a nivel personal de lo que nos pueden causar estos dispositivos, así controlaremos su utilización y nos daremos cuenta de que no tenemos que ser tan dependientes de ellos.
La constante evolución tecnológica y su consiguiente adicción han arrojado problemáticas cuyos efectos aún no pueden ser medidos. Desde la invención del teléfono móvil, la gran mayoría de la población mundial se ha expuesto a impresionantes niveles de radiación electromagnética. Los riesgos parecen evidentes, según señala el investigador Martin Blank en un artículo para Salón, entre los potenciales efectos negativos están el Alzheimer y varios tipos de cáncer, el problema es que son enfermedades que pueden tardar muchos años en desarrollarse.
La radiación no se genera solo a través de dispositivos electrónicos. De hecho, toda la red eléctrica es un generador de radiación electromagnética en la cual está sumergida el 75% de la población mundial de forma continua.
Si verdaderamente no creemos en estos temas, por lo menos preocupémonos por nuestros hijos, ya que a la larga; ellos son quienes vivirán mas años y tal ves para ese entonces, las molestias y las enfermedades causadas por la radiación electromagnética estén ya mas desarrolladas.