Sabía que por ley, los operadores de telefonía pueden instalar una antena en cualquier azotea o tejado sin permiso de administradores o propietarios?
Pues si, aunque parezca increible es así como lo lee. El día 29 de Abril se aprobó la nueva Ley de Telecomunicaciones que permitirá a las compañías telefónicas instalar antenas de telefonía móvil en cualquier azotea sin que ni la comunidad de vecinos ni el ayuntamiento pueda hacer nada al respecto. A partir de ahora, las operadoras solo tienen que pedir al Ministerio de Industria la autorización para colocar sus antenas de telefonía en una determinada azotea que será catalogada como «servidumbre de paso especial». Y declara a las operadoras como posibles beneficiarios de la expropiación de bienes en comunidades de propietarios para poder instalar las antenas.
La petición puesta en la plataforma Change.org, se llama “retiren la ley de telecomunicaciones que permitirá a las compañías telefónicas expropiar azoteas para instalar antenas”.
Una investigación de 2006 citada por la plataforma Contaminación Electromagnética, indica que hubo más del triple de casos de cáncer, en las personas que vivieron dentro de un perímetro de 400 metros de una antena de telefonía durante algo más de tres años.
Un estudio de Alejandro Úbeda Maeso, Jefe de la Sección de Investigación Bioelectromagnética del Hospital Ramón y Cajal de MADRID, detalló en la década pasada un conjunto de evidencias de los efectos electromagnéticos de la telefonía móvil, por ejemplo; casos de leucemia en niños y un mayor número de cáncer después de unos 10 años de exposición.
Los teléfonos móviles emiten radiaciones electromagnéticas de altas frecuencias para la transmisión de voz y datos hacia las antenas repetidoras y ondas electromagnéticas de bajas frecuencias, asociadas a la funcionalidad del aparato telefónico mismo. En el estudio se determinaron distancias de las antenas de telefonía en las que se encontraron perjuicios en la salud.
El Dr. Tchernitchin destacó que las ondas de alta frecuencia tienen efectos que tardan en presentarse, de unos 10 a 20 años. Al aplicar las mismas radiaciones a seres humanos y animales, se observó en los primeros un aumento de la temperatura en la cabeza y en los animales, con el tiempo, un aumento de linfomas.
Se observó además que la radiación electromagnética actúa en la proteína supresora de tumores causando una acción tóxica en los genes. Y se demostró que los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos móviles alteran los electroencefalogramas, principalmente durante actividades que involucran la memoria.
Mientas todo esto es conocido y emitido hasta por la misma OMS, aparecen mas estudios, como uno de la Universidad de Duke el cual demostró que un tipo de celdas pueden captar la radiación WiFi de la telefonía móvil y convertirla en electricidad.
Otro estudio sobre las radiaciones de teléfonos móviles y routers en el hogar, realizado por tres estudiantes en Dinamarca, que querían descartar efectos adversos de los aparatos y las señales electromagnéticas, permitió constatar de manera notable que las semillas puestas en las habitaciones expuestas a los routers y teléfonos móviles, no se reproducen.
El ingeniero eléctrico y consultor ambiental Larry Gust, advierte que hay que dejar en modalidad diferida a los teléfonos móviles en casa y apagar a todos los equipos inalámbricos en general.